Este fin de semana, yo vi el DVD El Cine Más Corto que muestre los mejores cortos del cine Español. De todos los cortos, mi favorito era uno de David Cánovas llamado El Intruso (se pueden ver el corto en la video de Youtube debajo). Lo que me sorpresa era el final. El Intruso se pase en un estudio de cine donde una escena esta rodajeando; solamente la escena esta en la luz, el resto del estudio esta oscuro. Todo el equipo técnico está preparando la escena alrededor de un hombre, el actor de esta escena. Él está sentado en una silla de la escena ignorando las preparaciones; parece completamente pensando en su propio mundo. Cuando todo está en posición, el director comienza el rodaje de la escena. El actor actúa su monologo; se pone en la piel de un hombre hablándose antes de suicidarse con un arma. La interpretación del actor es tan buena que parece que quieres suicidarse por real. Cuando él terminó, un otro actor, que según las reacciones del equipo es más famoso, se sienta en la silla. El primer actor le da su arma, y la misma escena empieza de nuevo. Sin embargo esta vez, la película no se enfoque en el rodaje de la escena pero en el primer actor mirando el rodaje desde una esquina oscura del estudio. Él está seguido y susurrado todo el monologo. Cuando el monologo se acerca del final, él toma un arma de su chaqueta y la pone alrededor de su cabeza. Al final, él empuja el arma. Los espectadores esperan que el hombre se cayera y morirá, pero nada se paso. Es solamente segundo después, con el sonido de un disparo que podemos realizar que el actor da su arma real al actor famoso que se mata por accidente.
Alizée
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